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Anda a ver a Alan

Me acuerdo esta fecha como si fuese mi cumpleaños. 11 de Diciembre del 1993.  De una forma en sí fue.

Era una noche de invierno oscura y yo estaba sentado en una habitación oscura que era mi casa cuando un pensamiento se me vino a la mente.

En sí, fue más como una voz interior y fueron solo unas palabras.

“Anda a ver a Alan”

 

En este instante, les tengo que comentar algunos detalles. Alan era un amigo mío. El también era un hombre muy fuerte y violento. Alan era el tipo de hombre que podía pegarle a alguien con una sola puñalada y dejar a la persona inconsciente. El era un amigo muy útil ya que yo me había hecho varios enemigos. El también no era una buena persona con la que pelearse y el ya se estaba frustrando conmigo. Yo le debía dinero y no le podía pagar. Por eso, yo estaba evitando a Alan por un tiempo.

 

Yo respondí a lo que yo pensaba que eran mis pensamientos. Me acuerdo pensar “Yo no voy a ir a verlo, le debo dinero”. El “pensamiento” volvió a mi mente en un instante, “Anda a ver a Alan”. Yo respondí “Pero él esta enojado conmigo”. El pensamiento volvió a mi mente – “Anda a ver a Alan”.

chaqueta

Esto sucedió por unos 10-15 minutos. Había varias buenas razones para no ir a visitar a Alan . Además de todas las razones ya mencionadas, también había que caminar si o si unos 20 minutos . No solo eso, tampoco tenia su numero de teléfono. Yo pensaba “Y que pasa si no está en casa”. Nada de esto hizo algo de diferencia, el pensamiento volvía y volvía a mi mente – “Anda a ver a Alan”.  Al final, me di por vencido y fui a verlo.

Sucede que Alan estaba en casa y no, el no menciono el dinero. Lo que el si menciono fue un volante que le habían dado sobre un evento de música esa noche.  Alan me explico que él no podía ir ya que tenía una cita con su novia, pero que había guardado el volante por las dudas que me viese (el evento era del tipo de música que me gustaba a mi). Yo me fui al evento ya que ya estaba por comenzar.

Mientras iba, pare en la casa de otro amigo para invitarlo. A él también le gustaba el hip-hop así que yo lo quería invitar. Cuando llegue a su casa, Alan me comentó que él ya había hecho planes para juntarse con un grupo de amigos y que justo se estaba por ir pero que iba a traer al grupo de amigos al evento. Así que con esa promesa, yo seguí mi camino al evento solo, esperando en verlo más tarde.

La música era bastante decente y cada artista contó su historia personal entre canciones. Todos hablaron de Jesús como si lo conociesen.  Normalmente, yo le hacia burla a la religión pero estos artistas eran jóvenes haciendo algo que yo respetaba así que los escuche. Al final uno de los artista se paró y empezó a hablarle al público. Resulta que el era el pastor de la iglesia que había organizado este evento. Mientras el hablaba, algo raro empezó a ocurrirme. Era como si Dios en ese momento estaba viendo a través de mí y él podía ver todo, hasta mis pensamientos y sentimientos. Yo me empecé a sentir incómodo.

En este instante, les tengo que comentar algo más. Yo era un hombre muy orgulloso y amaba pecar. Claro que yo nunca usaba la palabra “pecar”. Para mi todo lo que hacía era correcto.  Yo robaba, insultaba, amenazaba con violencia, destrozaba lugares y juraba venganza a cualquiera que se me cruzaba. Además, yo estaba orgulloso de cómo era.  Yo justificaba mis mentiras y decepciones y para mi yo era un dios. ¿Y que pensaba yo de la religión? Para mi lo más religioso que alguien era, lo más que ellos se merecían ser ridiculizado.  Pero en ese momento, Dios era muy real y me parecía como que toda las  excusas que pensaba eran una pérdida de tiempo. Para mi esto era muy inusual ya que yo podía discutir con alguien que el cielo era azul aunque sea gris. Mi regla era “Nunca admitas que estas equivocado… nunca!!!”

 

Había una cosa de la cual nunca podía estar orgulloso, el odio hacia mi propia madre. Nosotros no nos llevábamos bien y en esa noche, mientras estaba sentado escuchando al hombre hablar el dijo “Algunos de ustedes ni aman a su propia madre”. Era como si Dios mismo había adquirido mi numero. El hombre después continuó explicando que todo el sentido de la vida de Jesús era morir. Para morir por todas las cosas mala que hemos hecho. Estas cosas nos separan de Dios y nos ponen en juicio pendiente pero Jesús murió para pagar el precio por todo lo malo que hemos hecho.  Si tu piensas que cuando mueres eres suficientemente bueno para el cielo te estás bromeando. Nadie es. Pero Jesús murió por nuestros pecados para que cualquiera que va y le da su vida a el, el los salva.

 

Espere hasta el final y esperaba poder salir sin que nadie se de cuenta pero justo antes que pueda, un señor me vino a decir hola. Yo me sentía muy incómodo. Él me preguntó qué pensaba del mensaje y yo le dije que estaba pensando ir a la iglesia mañana. Él respondió “ Eso es bueno pero ¿Qué pasa si mueres hoy? ¿Qué pasaría contigo?” Yo me sentía mas y mas incomodo. Yo me fije la puerta. ¡Yo estaba esperando que mis amigos lleguen a cualquier momento y ahora estaba hablando sobre religión con alguien! En ese momento es como si Dios me hablo

 

“Tu sabes que lo que este hombre está diciendo es verdad y tu sabes que si tus amigos entrasen por esa puerta en este momento, tú te reirías en su cara y te irías”

 

Me sentí como un hipócrita. El me introdujo a uno de los miembros de la iglesia, y el hombre después de introducirse dijo que debíamos orar. Yo dude. Me sentía avergonzado. En si, el me hizo orar. Me acuerdo conceder a un raro momento de honestidad. Yo dije en mi mente “ Dios, no se si puedo vivir esta vida a la que me estas llamando pero prometo tratar”. En mi mente, pecar era como un tobogán, yendo para abajo en una pendiente montañosa. Era fácil y continuo.  En cambio, no pecar era como caminar cuesta arriba con una mochila pesada. Me di cuenta que si viviese hasta los 80 años, no podría compensar por todo lo malo que había hecho. Si ir al cielo o al infierno era decidido pesando mis acciones buenas y malas en una balanza de justicia moral, yo ya estaba en bancarrota.

 

Así que eso fue

Yo ore

El hombre me explicó que orar y yo simplemente hice lo siguiente:

Yo le admití a Jesús que era un pecador.

Le pedí a Jesús que me perdone por mis pecados.

Le pedí que entre en mi vida.

 

Yo prometí poner mi confianza en él y seguirle el resto de mi vida.

 

Así que eso fue. En ese momento algo raro sucedió. Fue como si un peso físico de a poco fue sacado de mis hombros. Algo que yo nunca supe que estaba ahí fue de a poco levantado. Mientras caminaba a casa esa noche empecé a darme cuenta de otras cosas.  Mi predilección a insultar y decir profanidades había desaparecido sin ningún esfuerzo mío.  Mi mentalidad que siempre estaba dominada por pensamientos de odio, enojo y violencia había totalmente cambiado. Me sentía feliz. Me sentía en paz. Era raro de una forma buena. Camine a casa sin saber qué pensar de todo esto pero sintiéndome muy bien.

 

Esa noche me senté al costado de la cama y vi a la grande colección de música que tenía. Mucha parte era música hip-hop. Me encantaba mi música y en especial gangsta rap. Me encantaba la violencia, la rebeldía, la profanidad y agresión. Nunca me perdía la oportunidad de escuchar mi música. Excepto esa noche. Había una paz tan grande conmigo en esa sala que no quería que se vaya. Esa fue probablemente la primera vez que preferí no escuchar mi música. No quería que esa paz se vaya. Me acosté pensando si esto podía ser de verdad tan bueno. Yo pensé, si me siento todavía así a la mañana, tiene que ser de verdad. La próxima mañana todavía me sentía así.

 

Termine regalando mi colección de música. Alan se llevó bastante. Alan me seguía preguntando si estaba bien que él se llevase mi colección. Creo que él pensaba que me estaba volviendo loco. Yo no me atrevía en ese momento contarle que ahora era un Cristiano. El día que este cambio sucedió fue el 11 de Diciembre del 1993 y hoy todavía sigo a Jesús. Ese día es como mi cumpleaños. Fue el día en el que convertí en una nueva persona. Nací de nuevo.  Ese fue el día en el que deje de llevar un cuchillo conmigo, deje de correr en pandillas y planear mi venganza hacia mis enemigos. Ese fue el día que todo cambió y me convertí en una nueva persona.

 

En estos 20 años he tenido mis luchas. Ha habido días buenos y malos pero ese momento cambió mi vida para siempre. Estaba en la vía rápida hacia la destrucción. Si fuese lo justo, yo tendría que estar muerto o pasando el resto de mi vida en la cárcel, pero acá estoy escribiendo esto.  Mi vida es un milagro. El mismo Dios que yo no creía que existía me paro y cambio mi vida en una sola hora de un día. Ese fue el día en el que comencé mi nueva vida.

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